Todas tenemos fresca en la memoria las icónicas imágenes de Coco Chanel luciendo sus famosos collares de perlas. Son uno de los elementos más distintivos de la marca y un imprescindible que toda fashionista debe de tener si quiere imitar su estilo y elegancia. Pero ya antes de los años 30 las perlas tenían una larga y exitosa andadura como elementos de ornato femenino. ¿Quieres conocerla?
Aunque nos cueste creerlo, nuestros antepasados prehistóricos ya utilizaban las perlas para verse guapos, de hecho parece que estas fueron las primeras joyas de la historia. Los orientales llevaban años utilizando perlas antes de que aquí, en occidente, tuviéramos noticia de ellas. Tuvimos que esperar hasta que los romanos llegaran a esas tierras, se enamoraran de ellas y las trajeran para adornar a las mujeres ricas e influyentes.
Es un hecho que las perlas siempre han estado asociadas al estatus económico y el poder. En varios periodos de la historia estas codiciadas joyas estuvieron reservadas exclusivamente a reyes y emperadores, que lucían unas creaciones llenas de opulencia y teatralidad. Esa feliz asociación del poder con las perlas nunca se ha roto. ¿Hemos de mencionar a Jackie Kennedy, su elegancia y sus collares de perlas?
A todas nos viene a la memoria la famosa escena de Cleopatra (Elisabeth Taylor) machacando una perla enorme y comiéndosela para demostrarle a su amante Marco Antonio el enorme poder y riqueza de Egipto. Llegamos a la Edad Medía y las perlas cobran un significado aún más complejo, asociado a la pureza y a la Virgen María. Hoy en día los collares de perlas son un elemento que aún vemos constantemente adornando los cuellos de las novias y las perlas formando parte del embellecimiento del vestido.
Os preguntareis: ¿cuándo aparecen las perlas falsas? Hemos de esperar a los prácticos burgueses. Los cuellos de las mujeres de familias ricas se llenaron de collares de perlas y los de las mujeres no tan ricas de collares de perlas falsas, que al menos daban el pego.
Como símbolo de glamour, elegancia y distinción no podían dejar de formar parte de los outfit de nuestras congéneres de los añós 20, 30, 40, 50… Y aunque en realidad nunca han abandonado su popularidad, han conocido épocas doradas como las que aún podemos disfrutar en los esbeltos cuellos de las divas del Hollywood clásico. Llenas de glamour y elegancia Grace Kelly, Lauren Bacall, Audrey Hepburn lucían los collares de perlas como nadie.
Con tanta popularidad a lo largo de los siglos, es normal que llegara un momento en que casi conseguimos su extinción. La solución para no prescindir de estas joyas tan apreciadas fue inventar las perlas cultivadas. Con un “poquito” de ayuda hemos conseguido que las ostras nos regalen estas esferas nacaradas que brillan en nuestros cuellos.
En pleno siglo XXI las perlas cobran un mayor protagonismo si cabe. Las mujeres de hoy en día hemos dado un paso más y les hemos dado un nuevo valor, llevándolas por bandera como símbolo de nuestra fuerza y empoderamiento. Llevar perlas se ha convertido en un must have, las perlas adornan nuestros cuellos, orejas y muñecas pero también se atreven a hacer acto de presencia en accesorios, complementos e incluso a invadir nuestro vestuario, formando una parte importante de nuestros outfits. Las perlas se hacen más irreverentes, libres, auténticas y expresan nuestra personalidad de una forma que nuestras abuelas jamás habrían soñado. Estas pequeñas joyas barrocas gritan #beyourself con cada uno de sus destellantes brillos.