Los colgantes de perlas están de moda. Bueno los colgantes, los pendientes, las pulseras, etc. Lo cierto es que las modas son cíclicas y las perlas siempre han sido un elemento de prestigio que ha estado ahí. Unas veces asociadas a lo más elegante y otras, como en la actualidad, con un cierto toque de irreverencia.
Las perlas se utilizan como sinónimo de belleza, de virtud y también de delicadeza. Muchas veces empleamos expresiones asociadas a ellas, por ejemplo, hablamos de una enseñanza valiosa como “perla de conocimiento” y cuando algo nos sirve en el momento decimos que “nos viene de perlas”. Y es que, las perlas no solo tienen un valor económico sino también simbólico y por supuesto, cultural.
Las perlas en la antigüedad
En primer lugar, el propio origen del término es curioso. La palabra perla viene del latín y podríamos traducirla como “único”. Los romanos ya sabían que no hay dos perlas iguales.
Parece que las primeras tierras donde las personas comenzaron a usar las perlas como adorno fueron India y otros puntos de Asia. Desde allí los fenicios trajeron la moda a Europa, donde los reyes y la nobleza pasaron a usar colgantes de perlas, collares, pendientes … pero también las emplearon para adornar la ropa y el cabello.
Las perlas son las únicas gemas creadas por un ser vivo. Recordemos que se generan en cualquier molusco, pero especialmente en las ostras, cuando una arenilla o algo molesto se introduce en su interior. Las perlas naturales se componen de carbonato de calcio y conchiolina. En la antigüedad, esta característica de producirse en seres vivos las convertía en productos muy valiosos económicamente. Pero hoy en día, gracias a las técnicas de cultivo, es mucho más sencillo conseguirlas y su valor se ha reducido, aunque no su belleza.
Hay numerosas historias de la mitología que hacen alusión a las perlas. La más destacada es la que cuenta que la diosa Afrodita (la Venus romana) nació de una ostra, tal y como hacen las perlas. Con este origen queda claro porque es la diosa del amor y de la belleza. En muchas otras historias las perlas, como tesoros de enorme importancia, son protegidas por sirenas, ninfas e incluso monstruos acuáticos.
En la cultura china las perlas son consideradas como gotas de rocío que han tomado cuerpo al recoger la luz del día. Por eso, hay una tradición que dice que si se frotaban las perlas en los ojos de las personas invidentes sus cualidades podrían devolverles la vista.
La astrología mantiene que cada signo tiene unas gemas o piedras asociadas. Las perlas estarían ligadas al signo de Cáncer ya que su forma y color se asocia también con la luna.
Las perlas en los casamientos
La verdad es que en la mayor parte de las culturas las perlas son un símbolo de buena suerte, especialmente para las novias en el día de su boda. También son una muestra del amor y del estatus social y del poder. Aunque también hay culturas que tienen la superstición de que las perlas y las novias no deberían estar juntas, ya que se consideran lágrimas del mar y puede ser que aporten esto a los matrimonios.
El nombre de Margarita significa perla. Proviene del griego “margarites”. De ahí que en Venezuela haya una isla conocida como La Perla del Caribe o Isla Margarita.
Se estipula que la vida media de una perla es de unos 200 años, aunque lo cierto es que existen perlas mucho más antiguas que se conservan perfectamente
Las perlas negras se consideran una de las gemas más raras en la Tierra.
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